Los autores de este artículo, entre los que se encuentra Paul Hodges (uno de los más conocidos investigadores en fisioterapia) apuntan estas ideas, que bien podrían formar parte del material destinado a educar a los pacientes. Nosotros estamos tan de acuerdo que los hemos traducido para que los podáis leer:

Conocimiento de la enfermedad:

  • La artrosis no afecta simplemente al cartílago, sino a toda la articulación, incluyendo los músculos y los ligamentos. El deterioro articular en las radiogragías no indica cuanto te afecta la artrosis.
  • Los síntomas de la artrosis varían mucho de persona a persona.
  • La artrosis no es algo inevitable, consecuencia de la edad.

Principios de manejo:

  • Los tratamientos no farmacológicos tienen beneficios similares a la medicación analgésica, pero con muy pocos efectos secundarios.
  • Tomar parte activa en el (auto) manejo de tu problema puede ser beneficioso.
  • Los tratamientos y los cambios en el estilo de vida deberían ser individualizados e incluir objetivos a corto y largo plazo. Estos objetivos deben ser revisados regularmente por profesionales sanitarios.
  • Los métodos de manejo de tu problema deberías discutirlos y consensuarlos con tu profesional sanitario de confianza.

Ejercicio, actividad física y pérdida de peso:

La actividad física regular y los programas de ejercicio personalizados (como el fortalecimiento, la actividad cardiovascular y los ejercicios de flexibilidad) pueden reducir el dolor, previniendo un empeoramiento de la artrosis. Además, mejoran tu funcionamiento diario.

  • Si tienes sobrepeso y artrosis, puedes beneficiarte de una pérdida de peso si eres capaz de mantener en el tiempo un peso saludable y los cambios en tu alimentación. Además, claro, de aumentar tu nivel de actividad física.
  • Una vida sedentaria puede empeorar tu artrosis, y además aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades relacionadas con tu estilo de vida, como la diabetes o las afecciones cardiovasculares.
  • El ejercicio individualizado es un componente integral del tratamiento de cualquier persona con artrosis.
  • Mantener una fuerza muscular suficiente alrededor de las articulaciones es importante para reducir el dolor y mantener su función, y si necesitas operarte, te beneficiarías de un programa de ejercicio pre y post cirugía.
  • Incluir tus ejercicios en tus otras actividades diarias es una forma sencilla de ser más activo.
  • El ejercicio individualizado sólo funciona si lo haces con regularidad. Pequeñas cantidades de ejercicio, realizadas con frecuencia, pueden ser beneficiosas para tu problema.

Medicación:

  • Evita el uso de antiinflamatorios (AINES) a largo plazo.
  • El paracetamol es una opción que puede ser un fármaco útil (aunque entre muchos pacientes tenga fama de ser un analgésico suave, a veces es la mejor elección).

Cirugía:

  • Los síntomas de la artrosis pueden mejorar mucho sin necesidad de cirugía.
  • Si no consigues un alivio del dolor, llevas mucho tiempo con el tratamiento conservador recomendado (fisioterapia) y es muy difícil llevar a cabo tus actividades de la vida diaria, un reemplazo (prótesis) puede ser una opción.
  • Las artroscopias que impliquen el «lavado» de la articulación y la «limpieza» (un procedimiento muy habitual), no deben hacerse para tratar el dolor a no ser que exista un bloqueo mecánico de la articulación.

Esto último es importante que lo entiendas bien: Si no hay bloqueos, y tu principal síntoma es el dolor, es poco probable que mejores con una artroscopia, aunque obviamente esto depende de cada caso y debes consultar a un especialista. No obstante, debes saber que no es la única solución, ni una solución para todo el mundo.

Fuente

fisioterapia.io