El dolor es un mal común que no entiende de edades ni de sexo. Los dolores traumatológicos son los más comunes entre sus pacientes, según datos de la Unidad de Medicina Biológica y Regenerativa Osteoarticular del Hospital Universitari Sagrat Cor QuirónSalud. Esto se debe a la vida sedentaria, la falta de ejercicio y los malos hábitos posturales, que pueden derivar en molestias musculares o articulares.

En ocasiones el tratamiento farmacológico no es suficiente para controlar el dolor y son necesarias técnicas como las infiltraciones, que actúan sobre el foco del dolor casi de manera inmediata. En estos casos el diagnóstico y el tratamiento temprano es fundamental para mejorar la calidad de vida del paciente.

¿Qué son exactamente las infiltraciones?

Las infiltraciones permiten actuar sobre distintas partes del aparato locomotor de manera eficaz y de forma mínimamente invasiva. Esta técnica consiste en inyectar un medicamento directamente en la zona afectada por el dolor. Los resultados son más rápidos y duraderos que los medicamentos orales y, normalmente, evitan sus efectos secundarios.

¿Cómo se realizan las infiltraciones?

La técnica ha mejorado notablemente en los últimos años. Los avances permiten realizar la mayoría de infiltraciones en la propia consulta del especialista en Medicina Física y Rehabilitación, evitando pasar por quirófano y el ingreso del paciente.

La intervención es apoyada por un ecógrafo, que permite localizar el punto exacto de la lesión. Esto supone actuar de la forma más precisa, sin dañar otras estructuras y reduciendo al máximo los efectos secundarios.

¿Qué tipo de infiltraciones existen?

El tipo de infiltración más común es la aplicación de cortisona, pero no es el único. Dependiendo del tipo de diagnóstico el especialista escogerá la sustancia que mejor resultado ofrezca para cada dolencia. Estas tres son las más habituales:

  • Los corticoides y/o anestésicos ayudan a eliminar o reducir la inflamación. Al inyectarse directamente sobre la articulación el medicamento no tiene casi presencia sobre el organismo, reduciendo el riesgo de efectos secundarios. También se puede inyectar directamente sobre el nervio para reducir el dolor con mayor rapidez.
  • El ácido hialurónico es un material viscoso que trata de amortiguar la articulación suplementando el cartílago/ tendón dañado. Fundamentalmente, se usa para la artrosis y algún caso de tendinopatías o pequeñas rupturas tendinosas, por sus propiedades antiinflamatorias y efecto preventivo del desgaste. Su efecto es temporal, normalmente dura varios meses y se repite en caso necesario, al no tener contraindicaciones con otros fármacos.
  • Los factores de crecimiento plaquetarios facilitan la cicatrización, ayudan a la regeneración de los tejidos al aplicarlos sobre pequeñas roturas y, en ocasiones, pueden llegar a evitar la cirugía. Normalmente se aplican en enfermedades como artrosis, tendinopatías o rupturas tendinosas y musculares.
  • Las células madre tienen un efecto regenerativo de mayor potencia, ya que renuevan el ”pool” celular afectado con células del propio paciente. Actualmente se usan en múltiples tejidos lesionados.

¿Cuáles son las zonas más tratadas con infiltraciones?

Existen cuadros de dolencias más comunes dentro del ámbito de la Traumatología que pueden tratarse con infiltraciones de manera eficaz. Estas son las lesiones más comunes y que mejores datos de efectividad presentan tras la aplicación de este tipo de método.

  • Dolor de hombro (tendinitis, bursitis, calcificaciones, artrosis, capsulitis)
  • Dolor en el codo (Epicondilitis/Epitrocleitis, bursitis)
  • Dolor muñeca y mano (Rizartrosis, capsulitis en los dedos, tendinitis de Quervain, dedos en resorte, gangliones)
  • Dolor de cadera (Trocanteritis, artrosis de cadera, síndrome piramidal, tendinitis, bursitis)
  • Dolor de rodilla (parameniscitis, tendinitis, artrosis, condropatía femoropatelar, quiste de Baker, síndrome de la cintilla)
  • Dolor de tobillo (artropatía tobillo, tendinopatías, esguinces)
  • Dolor en el pie (neuroma de Morton, fascitis plantar, bursitis, espolón)
  • Puntos gatillo musculares (contracturas)
  • Neuropatías periféricas
  • Calcificaciones (barbotaje, aspiración de las mismas)

Hay que tener en cuenta que, aunque las infiltraciones ecoguiadas aliviarán gran parte del dolor, a veces también deben ser complementadas con técnicas de rehabilitación, ejercicios, soporte nutricional y cambios de hábitos para que el tratamiento finalice con éxito.

Fuente

topdoctors.es